Vivimos a la altura de nuestros ojos,entre los átomos y las estrellas

domingo, 13 de diciembre de 2009

Querido gilipollas emocional.


Aunque había viajado mucho a lo largo (y ancho) de su vida,ese viaje la estaba trastocando más de lo normal.
La franja horaria en la que se encontraba era totalmente diferente a la de lugar de origen (su casa), pero no porque se sumaran (se restaran) horas (minutos,segundos) a la base de la que partió,si no porque cuándo se supone que tenía que ser noche era día y viceversa,y la gente se levantaba cuándo el sol se acostaba y se iba a la cama cuándo despuntaba el amanecer.
Se había ido porque quería olvidar todo lo que había sido (los años gastados,las ilusiones acabadas) y pretendía ser algo mejor lejos de aquel lugar.
¡Chorradas!
¿Porque quieres ser mejor en un sitio al que ni si quiera perteneces?
Demuestra que puedes ser mejor con toda esta patraña encima, corta la última cuerda de la marioneta que eras y ponte a bailar.
Huir no es la solución.
Ya me lo dijo mi fiel compañera,lo que dictaban aquellos (sus) apuntes de "Teoría y análisis de blablablá":

"en la tierra,entendida ésta como una esfera,cada movimiento que nos aleja de algo (de un punto,de una persona,de un recuerdo,de una imagen,de una estatua,de una esquina,de un jardín) de manera instantanea,empieza,por esa forma misma (perfecta,redonda,sostenida) a acercarnos a él"

Así que como aquel plan de huida era un fracaso,se quedó dónde estaba,en las escaleras de su casa,mirando cómo la última hoja del otoño se caía,cómo los aires siberianos inundaban el ambiente y cómo la vida puede pasar de ser insulsa a bella,por el mero hecho de poder respirar una y otra vez de manera automática,sin ni quiera pensarlo.

1 comentario:

  1. "Por el Méro hecho". Andamiratú.
    Ya estaba pensando en ponerte que me gustaba especialmente este texto antes de llegar a las comillas.
    Pero bah, huye, hazlo ahora o calla para siempre.

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