Vivimos a la altura de nuestros ojos,entre los átomos y las estrellas

sábado, 14 de agosto de 2010

El otro día encontré un cigarro a medio apagar


Y le dí una calada.

Seguí mi camino,está limpio y no es recto...pero es totalmente viable.
Llevo poco equipaje,como he hecho siempre. Cuando meto las manos en mis bolsillos reconozco mis cosas por el tacto,hay arena de playa,hay aires de libertad,hay olor a tierra mojada y una foto de mi gato.

A cada paso nace un recuerdo,y no todos son preciosos,pero me acompañan y me arropan cuando más lo necesito...vale he mentido,no son recuerdos,son personas. Pienso que he tenido suerte,porque he sabido diferenciar bien a la gente de las personas...y es que no es lo mismo.

Igual que no es lo mismo llorar de felicidad que llorar de alegría.
Ni nacer con estrella a estrellado.
Ni un león a 50 metros de distancia que a 1 metro.

Han sonado risas dentro de una casita que acabo de dejar atrás.
Me he dado la vuelta y la he mirado un rato,me he llegado a sentar y he observado como una hormiga subía por mi pie,lo recorría despacio y se iba...y he pensado lo bonito que es habitar una casa, que no es lo mismo que vivir en ella.

Me he levantado y he sonreído.
Me queda todo por vivir.